¿Quién habría pensado que la publicidad sería interactiva y divertida? El advergaming o gamificación crea experiencias atractivas y emocionantes que nos ayudan a captar, conectar y fidelizar a nuestros clientes. Acompáñanos a descubrir la fórmula del advergaming o gamificación y atrévete a jugar !!
El advergaming o gamificación publicitaria es una estrategia eficaz que busca introducir una publicidad interactiva, mediante el uso de videojuegos, ya que estos permiten la exposición continua de la marca y sus valores.
Surgió en la década de los 80 y ha contribuido de forma significativa con el crecimiento acelerado de la industria de videojuegos, debido a que las campañas de gamificación o advergaming combinan la publicidad (advertising) y el juego (game).
Hablamos de una fórmula publicitaria ganadora, porque parte de la elección, le suma la diversión y obtiene como resultado, la implicación y fidelización del usuario.
Para conseguir que nuestro juego sea la elección, debemos asegurarnos de ofrecer diversión. Pero, cuidado porque la diversión es subjetiva, ello quiere decir que lo que es divertido para algunos, puede resultar aburrido para otros.
En este orden de idas, debemos conocer antes que nada, los perfiles e intereses de nuestros jugadores, para después, diseñar una gamificación o experiencia de juego que resulte divertida y emocionante.
Identifiquemos a nuestros jugadores
1.- Sociables:
Les gusta interactuar, socializar, convivir, compartir y colaborar.
A estos jugadores les resulta especialmente útil, las invitaciones y emoticonos.
2.- Filántropos:
Tienen un sentido de propósito, disfrutan los objetivos que les hacen grandes, como por ejemplo; ayudar a un bien común, o a otra persona.
Así que dótalos de instrumentos y herramientas.
3.- Aventureros:
Disfrutan su autonomía, les gusta sentirse libres y tomar sus propias decisiones.
Incluye mecánicas que les permitan expresarse, salir a explorar, mover su ubicación o conseguir un secreto.
4.-Triunfadores:
Están en la búsqueda constante de la autorrealización y la maestría. Su verdadero objetivo es superarse a sí mismos, marcando nuevos records, alcanzando metas o retos cada vez más difíciles.
Les motiva ser recompensados, por ello debe incluírseles la mecánica de recibir medallas, escalar niveles, ganar insignias o aparecer en los rankings.
5.- Jugadores:
Estos participantes están más motivado por las características extrínsecas del juego, que por las características intrínsecas o experiencias. Vienen a ganar y están enfocados en conseguir las recompensas.
6.- Disruptores:
Son jugadores a quienes no les gusta seguir las normas, tratan de ir en contra del sistema establecido, intentan hackear las reglas o darles la vuelta.
A ésta especie de jugadores rebeldes, hay que plantearles retos que supongan nuevas soluciones.
Tal y como hemos visto hasta ahora, la gamificación requiere una visión holística del individuo. Por consiguiente, se emplea el uso de ciencias que estudian el comportamiento humano.
La idea principal es abordar el aspecto lúdico, que incluye el diseño y mecánica del juego. Así como también, los objetivos, reglas y resultados.
La mezcla de todos estos elementos debe asegurar la diversión y la transformación de la conducta de los consumidores.
Diseñemos las 4 fases del proyecto de gamificación
1 Descubrimiento
Esta primera fase en un despertar para el usuario, es cuando escucha o tiene contacto, por primera vez con el producto, servicio o juego.
Sin embargo, el hecho de que las personas lo prueben, no significa que estén mentalmente preparados para comenzar a jugar.
Debemos aprovechar la curiosidad original que sienten las personas y motivarles a que descubran más. En otras palabras, resulta conveniente jugar con la creatividad y la sorpresa.
2 Abordaje
En esta etapa hay que familiarizar y entrenar al usuario con las reglas, mecánicas y objetivos del juego.
Es una parte crucial de la gamificación, ya que durante ella, el jugador decidirá si continua o abandona.
3 Acompañamiento
Es la fase de la gamificación en la que el usuario desarrolla toda la actividad. Lo cual implica dar solución, utilizando las reglas y mecánicas, que ha aprendido en el abordaje.
Durante esta fase se desarrollará la historia, se irán resolviendo los retos y se irán alcanzando los objetivos marcados.
Aquí es importante la teoría de flujos, una especie de equilibrio entre la dificultad y el nivel del usuario y entre el esfuerzo y la recompensa.
En otras palabras, si es muy fácil el usuario se aburrirá y si es muy difícil se agobiará. En definitiva, podemos decir que ambos extremos generarán abandono del juego.
4 Bucle de acción
Puede ser que el juego contemple una única experiencia. En este caso, el final debe ser épico y emocionante, haciendo sentir al jugador satisfecho por los logros alcanzados.
En el caso de que el juego sea continuado. Debe extendérsele al jugador una invitación para que siga jugando, incrementando la dificultad, creando nuevos niveles, retos o logros.
Esta es la fase final y la más importante de todas, puesto que determinará el éxito o fracaso del proyecto de gamificación.
El bucle de acción viene definido por tres elementos que nombramos a continuación: expectativa, acción y recompensa.
Expectativa es lo que queremos que haga el jugador.
Acción es la ejecución de lo que satisface la expectativa.
Recompensa es el premio que se lleva el jugador por realizar una acción.
Cuando el bucle de acción está bien diseñado, el jugador realiza la acción con naturalidad.
La gamificación consigue que los jugadores realicen acciones, que normalmente no harían, de manera voluntaria. La diferencia que motiva la acción, radica en que se divierten y obtienen algún tipo de recompensa.
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